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Las Pequeñas Paranoyas de Motagirl

Experimental XIV

Experimental XIV

 

 

"no puedes hacerme esto" - pensó él ,desesperado, mientras se agarraba la cabeza entre ambas manos - "no ahora. no en este momento de mi vida"

" y bien?" - le preguntó ella.

El se desplomó en el suelo, sintiendo como dos sentimientos que creía tener controlados, se enfrentaban dentro de él. Por un lado, el deseo. Por otro, la razón. Hasta ese momento siempre había ganado el segundo, sin embargo, esta vez la victoria no era tan clara.

Sobre la enorme mesa, ridiculamente pequeños para lo mucho que implicaban, un par de folios parecían burlarse de su sufrimiento.

Apenas diez minutos antes, se habia considerado el hombre más íntegro, el más equilibrado y tranquilo sobre la faz de la Tierra. Sin embargo, desde que lo habian ido a buscar a su hogar, donde creia tener todo bajo control, algo se revolvia en su interior. No esperaba nada bueno del sitio a donde lo llevaban, pero eso era más de lo que suponia. Allí, arrodillado sobre el frio suelo de marmol, a cuadros blancos y negros cual tablero de ajedrez, se sentía como un simple peón, un peón arrinconado al que le ofrecen la posibilidad de cambiar su papel en el juego. Allí, arrodillado sobre el frio suelo de marmol, con el pelo sudado y revuelto, nadie habria dado nada por él.

Y sin embargo, alli enfrente estaba ella, ofreciendole absolutamente todo, todo lo que jamas habría podido abarcar con su mente, todo lo que habia deseado alguna vez y todo lo que su imaginacion ni siquiera habia podido inventar.

Tampoco habia esperado encontrarla en aquel lugar, y mucho menos en esa posicion. Seguía pareciendo la princesa que habia conocido, pero su rostro (largos años oculto a su vista) le contaba la verdad: había ganado la guerrera. No era alguien a quien le gustara enfrentarse en aquella situación. Y sin embargo, así era. Su presencia. Había podido sentirla mucho antes de entrar en aquel gran salon, mucho antes de sentarse en sillon y mucho antes incluso de que ella pusiera un pie en la sala.

¿Cuántos años habian pasado? ¿quince? ¿veinte? no.. tantos no... pero todavía irradiaba ese "algo" que lo habia hecho caer a sus pies nada más cruzar un par de palabras.

Y a sus pies, literalmente, se encontraba en ese momento. Ella podía alzar uno de sus pies ("el izquierdo", pensó él) y pisotearlo sin demasiado esfuerzo. "y no solo de modo literal", se dijo a sí mismo. Una vez había sido él el que habia tenido el poder, algo totalmente nímio en comparación con lo que se le ofrecia en aquella ocasión. Ahora, ella mandaba y él lo sabía. Él , y todas aquellas personas que había encontrado en el edificio. Una sola palabra de ella y su vida se convertiría en el mismisimo infierno.

Todas aquellas personas eran vestigios de un pasado anterior, muy anterior a todo lo que queria recordar. Todas las caras le eran conocidas, y todas las caras bajaban la mirada , conocedoras del posible destino que le aguardaba. Entre todas personas, él se sentía la piedra angular, la pieza que explicaría todo. Y lo único que deseaba era irse a casa.

-¿y bien? - había preguntado ella.

 

Incapaz de articular una palabra, alzó su temblorosa mano derecha. Alguien le puso en ésta una pluma. Otro alguien le acercó aquellos papeles que instantes antes le sonreían burlonamente desde la mesa, y ahora se reían abiertamente de él.

 

Por primera vez en su vida, sus deseos habian ganado a la razon.

8 comentarios

Kondor -

Mmmm, es una deducion filofofica interesante, el individuo renuncia a parte de su personalidad, un acto de rebeldia contra si mismo XDDD

chú -

"En la escena en la que Thomas tiene que decidirse por la pastilla azul o la roja, hay un momento en la que se muestra un primer plano del rostro de Morfeo, más concretamente de sus gafas. En ellas vemos el reflejo de Keanu. Es un juego visual... A lo largo de toda la película se trata el tema de la reflexión de la luz y la imagen: los reflejos de las personas y objetos. En este caso en la lente izquierda vemos la mano de Morfeo con la pastilla azul y a Thomas Anderson. En la lente derecha vemos el reflejo de la mano de Morfeo con la pastilla roja y a Neo. Es una metáfora de las dos vidas que lleva el personaje de Neo-Thomas, y a cual de ellas tendría que renunciar al elegir una de las pastillas: si elige la roja sería Neo y abandonaría a Thoma y si elige la azul, lo contrario. "

ente maligno que habita en mota -

no creo ke sea para tanto :P

Kondor -

PD: te chingo la foto, q me ha molao XDDD...q frickada!! :DD

Kondor -

Mmm, veo a progresas. Yo iria com minimo al Crea joven, o algun concurso similar. Esto huele a segundo premio, o empieza a acercase al primero, pero sabiendo q es un relato corto, clar. No me acuerdo las bases, pero seguro q lo encuentras x hay.

ente maligo que habita en mota -

gracias, gracias ^^

he creado un tema "Literatura Experimental" donde he recogido todos los relatos, si te aburres puedes pasarte y les echas un ojo xD

juanma -

Muy bueno Mota. Veo que lentamente tus relatos van progresando... ¡Pulitzer para Mota ya!

Chú -

Entiendo....la mujer es María Antonia Trujillo, y le está obligando a firmar un contrato en el que compra un piso de 90m2 que le sale muuuuuuuuuy caro.
Que forT.