Experimental XIX (El Genio de la Inconsistencia)
El Genio de la Inconsistencia se acercó flotando hasta el oido izquierdo de la Pequeña Mota:
- ¿Qué haces, Pequeña Mota? - le susurró.
- Pues... me disponía a tender la ropa - le respondió la Pequeña Mota, apurada por la inesperada intromisión.
- ¿Tender la ropa? ¿Olvidas la secadora? - le volvió a susurrar el pequeño Genio.
La Pequeña Mota miró a esa especie de fauno (bajito, gordito, barbudo y desnudo de cintura para arriba) que planeaba sobre su hombro.
-Pero... ¿tú quién eres? - le preguntó la niña, asombrada.
- ¿Yo? Yo soy el Genio de la Inconsistencia - respondió el pequeño fauno, hinchado de orgullo.
- ¿El Genio de la Inconsistencia? - repitió ella
- Sí, mi niña, y puedes notar mi presencia cada vez descubras que las cosas son mejores de lo que pensabas. Cogerás aire lentamente recreándote en la realidad y desviarás tu mirada a la izquierda, con tus ojos casi en blanco, en un ligero tick. Así sabrás que yo estoy contigo. Y ahora... ¡me voy!
- ¡Adios, señor Genio! ¡Escribiré sobre usted hoy en mi diario!
4 comentarios
LoKiTa -
es divertido el fauno ese?????
yo tengo un pekeño dragon en mi cuarto, q sale cnd no hay gente
Juanan -
Chú -
Kondor -
Dile al fauno ese tocawebos q si cuando tas en plena orgia tambie n tie q salir y tocar las narices un rato PORDEEE