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Las Pequeñas Paranoyas de Motagirl

Literatura Experimental

Experimental VIII

Experimental VIII

Ella abrio los ojos, muy lentamente, intentando encontrar una explicacion al infernal ruido que oía a su alrededor. Elevó su mano, lentamente, sacándola de debajo de las sabanas, para acallar al despertador. El frio d la mñana le provocó un estremecimiento que sacudió su espalda, y volvió a hacerle sentir el ansia destructiva que luchaba por esconder.

por alguna razon, esa mañana se sentía mas confusa de lo normal y recomendable. Había sentido un impulso que le empujaba a besar la frente de él.

Se levantó y se dirigió a la ducha. Abrió el grifo , y dejó el agua hirviendo golpear su cuello. Era una sensacion indescriptible, de vacío, ese vacío que había estado tanto tiempo, ese vacío que la llenaba por dentro, dandole fuerzas para mirar a la muerte a los ojos.

De pronto, la puerta se abrió. Incomodada por aquella interrupcion en sus pensamientos, se forzó a mirar. A pesar de ke el cristal de la mampara no era transparente del todo, podía ver el contorno del cuerpo de él, atisbar a penas la perfeccion, imaginar sus manos sobre su espalda....

Jamás se perdonaría por aquel dia, el día en que su mera visión hizo que decidiera (en el mismo instante, sin siquiera conocerlo) que su futuro sería el mismo, que no le dejaria marchar. Que se alimentaria de su vida eternamente.

Podìá ver como se acercaba a la mampara. Muy lentamente. Él apoyó su mano sobre el cristal, dejando una huella roja, que inmediatamente empezó a gotear.

El cuerpo al otro lado del vidrio se derrumbó. Ella cerró el grifo. Abrió la puerta, y salió afuera, intentado no resbalar con la sangre que inundaba el lugar.

Se inclinó sobre el cuerpo, surcado por innumerables arañazos y marcas de colmillos. Lamió su cuello, que aun se mantenía cálido. Lentamente, abrio su boca, y con toda la saña que todavía se mantenía en ella, hundió sus dientes en su carne, tragando su sangre con glotonería.

Ella suspiró. "esta vez me he pasado, verdad?". No obtuvo respuesta.

Jamás.

 

Experimental VII

Experimental VII

 

.. y siente una vez mas el ansia en tu interior, esforzándose por salir, por hacerte explotar. Rabia. Rencor.

.. el frio en la espalda te hace estremecerte , sientes como se extiende dentro de ti. Miedo. Temor.

.. ¿cómo puede una dulce caricia hacerte gemir de dolor? ¿Acaso no es cálida y tu la sientes helada? ¿o es al reves? Placer. Dolor. Amar. Amor.

.. el recuerdo fijo en tu mente.. y la pregunta que te corroe (¿fue tan malo como quiero creer?).

.. y al final, ¿qué te queda? ¿Acaso duele el amor? ¿Acaso puede ser cruel mi corazon?

 

Y un camino que se extiende hacia adelante y hasta siempre. El inicio del camino siempre a mis pies, no hay nada detras . Cada paso es el primero, y quizás el último. Seguire caminando junto a ti.

 

--- ¿Quien eres? ¿A donde vas? Dudas. Mas dudas.

 

 

Experimental VI

Experimental VI

Nyah! Me again

Esta “historia” va dedicada a... a... bueno, él lo sabe ^^

Espero que os guste, no podría haberlo hecho sin su inestimable colaboración

 

Por cierto, una cancion que me gusta para este "relato" es We are in this Together, de Nine Inch Nails. (para los vagos, link directo a las lyrics : http://www.azlyrics.com/lyrics/nineinchnails/wereinthistogether.html )...y no me refiero solo a las lyrics, tambien a la cancion en si.

 

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Ella le miraba con cara de odio, desde lo alto de la mesa. La katana la hacia sentirse protegida a pesar del minúsculo bikini negro que la cubría.

 

Él empezó a acercarse a la mesa, lentamente, con pasos cortos.. .en posición de defensa. Cualquier movimiento brusco podía ser fatal, no quería ponerla nerviosa. Su cabeza estaba baja, pero sus ojos llegaban alto, hasta los ojos de ella, intentando adivinar si estaba dispuesta a usar el acero que llevaba en las manos. Tenía que ser precavido, ella era peligrosa.

 

Ella lo observaba acercarse, no sabría decir cuál de los dos podría más... así que, sin dejar de apuntarle, dio un paso atrás.. y se pegó a la pared.

 

Mientras tanto, él seguía cavilando. “En cualquier caso, un acercamiento brusco sería fatal, pues solo hay pared: no puedo rodearla... pero la punta de esa katana me mira desafiante...” De repente, se le ocurre una posibilidad. ”... y si... tal vez...” ... “ella no puede huir, solo herirme.. y no me agradaría”

 

Ella se sentía acorralada, entre él y la pared, tan solo separados por una espada. Vio en la cara de él que maquinaba algo. Empezó a ponerse nerviosa. No le gustaba perder el control de la situación.

 

Él retiró la mirada de sus ojos, y mirando sus brazos y la katana pensó “tengo que arrebatársela”. Dio unos pasos mas, apenas unos centímetros, y paró, manteniendo la postura de defensa.

 

Ella no acababa de entender lo que él planeaba.

 

Mientras, la mente de él avanzaba rápidamente, “a lo mejor... si enrollo mi camiseta en el filo de la katana y tiro, no consigue romperla del todo y se le escapará... no estoy seguro... sólo es un supuesto, pero la tensión ya casi ni se puede cortar. Tengo que hacer algo, y ya”

 

El labio de ella empieza a temblar, como esperando un final...

 

Sin cambiar la postura, él da varios pasos atrás, agudiza la postura, se agacha aún mas.

 

Ella esperaba quietecita, esperando para asestarle el golpe final, mientras él se preguntaba por qué cojones tuvo que regalarle una katana..

 

Sin apartar un segundo la mirada de la suya, en un rápido movimiento, casi espasmódico, él se quita la camiseta, y la sujeta con la mano derecha que queda atrás.

Eso la pilló desprevenida. Duda entre apuntar al pecho, o a la mano.. o quizás al cuello?

Se decanta por el pecho.

Hecha su brazo hacia atrás, para coger fuerza.

Empieza a adelantarse, moviéndose hacia él.

Él retrocede, y cambia de mano la camiseta

Ella pierde el equilibrio.

La espada sigue su camino.

 

Él se hecha a un lado lo más rápido que puede. .. “Maldición, cortaste”, piensa.

 

Ella cae al suelo, de rodillas, ante él.

Rápidamente, él le arrebata el arma y la lanza detrás, lejos.

Ella se encontraba indefensa y a su merced.

Dos finas hileras de sangre bajaban por el vientre de él. La miró con cara de reproche. “Mal”. Sin embargo, no puede evitar mirarla de otra forma también. Al fin y al cabo, estaba de rodillas ante él, desarmada y casi desvestida.

Nota que la sangre sigue brotando... “me ha herido.. debería hacer algo al respecto, pero casi ni puedo hablarle... estoy congelado...”

 

Ella sigue observándole desde el suelo. Se estaba empezando a formar un charco de sangre a su alrededor.

 

Él sabía que estaba perdiendo demasiado plasma, pero no deseaba separarse de ella ahora. Cae de rodillas. Su expresión no cambia.. solo sigue mirándola.

 

Ella empieza a sentirse muy mal. Sigue incapaz de moverse.

 

De repente, la cara de él cambia. Se suavizan sus rasgos y casi puede percibirse una leve sonrisa, muy sutil: “Me has dado”

 

“si... yo siempre gano”

 

La mano de él va hacia su cara, dejándola sentir el frío de sus dedos en su mejilla. Ella se deja acariciar. Quizás sea la ultima vez. Ella le mira a los ojos, pidiéndole perdón.

Él sonríe displicente, “no pasa nada”, dicen sus ojos. Nota que se marea, demasiada sangre le adorna ya.

Ella está demasiado congelada como para poder pensar. Quizás debería huir.

 

Él retira la mano de su cara y la apoya en el suelo. Le falta base. No puede apartar sus ojos de los de ella, pues es incapaz de entender cómo han llegado a eso. Es incapaz de saber qué les ha llevado a hacer algo así. Reacciona, no puede caer de esta forma. Sabe que ese no puede ser el final. Sus rasgos se oscurecen, el pelo cae a su cara y se levanta. Camina hacia la puerta, que ha de llevarle a algún sitio, no importa cual. No puede seguir allí mirándola.

 

Ella lo observa levantarse, y empezar andar sin ni siquiera mirarla. Eso le jode. Echa a andar detrás de él.. y extiende su mano para tocarle. De pronto algo la hace detenerse, a escasos milímetros de su piel. No puede.

 

Él para. Sabe que ella está detrás, y por alguna extraña razón nota su calor. Piensa que la falta de sangre le hace delirar, que es ilógico. “Seguro que sigue donde la he dejado, arrodillada... pero aun así, algo me dice que estás detrás mía”. Sin mover el cuerpo, gira su cabeza hacia la izquierda.. y para su sorpresa, ella está ahí.

 

Ella puede ver la sorpresa en su cara. “No es lo que yo haría en una situación normal, verdad?? De pie, delante de ti, sumisa, y con la cara llena de lágrimas”

 

Súbitamente, todo cambia alrededor. El ambiente está enrarecido.

Esa chica que hay detrás mía no es la que yo conozco”, de hecho, se le antoja como si portase una guadaña a la espalda, que inútilmente tratase de ocultar. Sabe que hay dos cosas que puede hacer: lo que debe y lo que quiere.

 

Ella tiene la mente en blanco. Se encuentra demasiado conmocionada como para pensar. Duda entre la puerta y él.

 

Él sabe que debe cruzar esa puerta y curar sus heridas, de lo contrario, puede ser tarde. Pero no quiere hacerlo. Solo quiere girarse y encararla.

 

Ella elige la puerta. Siente su mirada desesperada, que la sigue y le quema en la espalda.

 

Cuando llega a la puerta de la calle, se da cuenta... de que no lleva ropa, no puede salir. Y su ropa está en la habitación, y en la habitación está él. Ella se queda a mitad de camino entre un sitio y otro, sentada en el suelo, con la espalda en la pared, riéndose de su suerte.

 

Él oye risas abajo “o ha enloquecido, o lo he hecho yo... No tengo mas remedio. Si no lo hago, no me perdonare”. Sale de la habitación rumbo a la calle, a buscarla.

 

La encuentra en el suelo, en un huequecito.

 

Sus piernas no responden. Ella está ahí, en el suelo, con cara de confusión mezclada con extraña ironía.

 

Ella le mira a los ojos, y nota que él intenta descubrir qué estará pensando ella... Y eso la hace reír aun más... Es todo tan surrealista.. Como un sueño.

 

“Qué diablos le pasa, por qué se ríe??” , piensa él.

 

A ella todo le da igual. Se levanta. Le da un beso. Se dirige a la puerta. “Naaaaaaaada importa”. Incluso se permite el lujo de tararear “Stand my ground”

 

Él la observa mientras ella sale cantando, tan risueña. Está petrificado. “Parece ser que su cerebro no responde, algo falla en toda la ecuación”

 

Ella ha llegado a la puerta, y se detiene a pelearse con ella un rato “Maldita puerta, siempre atascada... ”

 

"No pequeña, tú no vas a ninguna parte" piensa él. Hace de tripas corazón y va hacia donde ella está. "esto no va a acabar así...”

 

Pese a su estado, ella todavía le teme. Y desgraciadamente, cree ver cómo él lo nota en su cara.

 

Él nota que ella se desespera en su intento de abrir.. tiene la sensación de que está asustada..

 

Ella empieza a ponerse más y más histérica.

 

Mientras ella forcejea con la puerta, él ha conseguido llegar hasta ella, “está bien, hasta aquí hemos llegado”

 

Ella le siente muy cerca. Demasiado.

 

Sus manos van directas a sus hombros. La gira y hace que lo encare. La tiene, espalda en la puerta.

 

Ella siente como la sangre caliente de él empieza a caer en sus pies. Está totalmente parada. Ya no tiene a dónde ir. No tiene nada que hacer. Nada que perder y nada que ganar

 

Él piensa en un sarcasmo que su cerebro no llega a dar forma. Está bien, que salga lo que haya de salir. “1-0”, dice con voz profunda y algo de dificultad. Inmediatamente, sus manos van a su cintura y la besa.

Se separa, y la mira.

“Tocado y hundido”, responde ella

Él sonríe. Siempre le ha gustado su humor.

 

Esa situación la estaba estresando, así que atrae su cuerpo hacia el de ella, y apoya la cabeza en su hombro, mientras le acaricia. “Siempre me han encantado estos tendones divertidos que tienes...” piensa. Y no puede evitar recorrerlos con sus manos una vez más.

 

El calor de su cuerpo renueva sus energías. Él piensa que seguro que ha tenido heridas peores.

 

Ella sonríe. Acaba de sentir como él se estremecía de placer entre sus brazos, mientras un leve gemido se escapa de entre sus labios. Sigue vivo.

 

Él todavía no concibe estar viviendo eso mientras sanguinolentas manchas la cubrían. “Al menos no mancharemos ningún vestido”, piensa, y decide responder. Apoya su frente en la de ella y la hace alzar la cabeza. Ella se deja hacer.

 

“No puedes resistirte, eso a cambio de herirme”, piensa él. Intenta comunicárselo cerrando sus ojos y acercando sus labios hasta casi tocar los suyos... pero sin llegar a hacerlo

 

“Tienes ventaja”. dice ella.”Sabes que tienes ventaja. Y yo sé que tú lo sabes. Y que vas a aprovecharlo” Estaba encerrada entre su cuerpo y la puerta, sintiendo sus labios muy cerca. Muchísimo. Puede incluso sentir su aliento

La estaba haciendo dudar. Por un lado deseaba irse, desaparecer, pero por otro lado, deseaba sentirle.”Me haces sentir confusa...”-dice-“y te gusta”

 

“Veo que dudas”, dice él, sintiendo cómo una extraña malicia recorre todo su cuerpo. Nota la sensación de poder más voluptuosa imaginable y tiene intención de sacarle partido.

 

Por primera vez, ella siente que él tiene todo el poder. Ha perdido el control de la situación.

 

Él la observa. Parece un animalito enjaulado. No puede evitar caer ante tanta tensión y avanza su cabeza la distancia exacta que le separaba de la duda y ella.

 

Hace mucho tiempo que no se siente tan indefensa, sin embargo, no puede evitar relamerse. Sabe que él jamás ha soportado ver su lengua deslizándose lascivamente por sus labios.

 

"Pequeña, un día acabarás conmigo" piensa él.. decidiendo hacer lo mismo.. pero en los mismos labios que ella.

 

Eso hace que ella baje la mirada.

Ahora es solo una niña inocente.

Una niña inocente que tiembla.

Una niña inocente que pide clemencia

 

Él nota que el cuerpo de ella no la obedece. Está temblando como si fuera una cría. “Está bien”, piensa. La abraza y le da un beso en la mejilla. “Voy a mirarme esto cariño”, le dice, señalándose el pecho.

 

Ella se siente confusa. Acaba de ver pasar todo el deseo del mundo por los ojos de él, y de pronto, la ha rechazado. No entiende nada.

Como una gatita se limita a seguirle mientras él se dirige otra vez arriba. “Coge el ascensor. No debes caminar.. en.. en ese.. en ese estado”

 

Él acepta. Entran. Por fin deja que todo siga su curso. El dolor se le clava en el pecho. Ella nota que él hace una mueca extraña.

 

Él sonríe y le dice “sabes? Me has dado..”

Ella le sonríe también y le replica “sabes? Te lo merecías”

"oh vamos, no sería para tanto... *cof*"

" te he dicho mil veces... que no debes tocar mi disco de AFI"

"Pero si juraría que te lo pedí.."

"nah, te equivocas. no me lo pediste..porque no te lo hubiera dejado "

"te odio..."

"lo sé "

 

Él vuelve a besarla. La tiene deshecha y en sus brazos.

 

El ascensor llega arriba.

 

Ella empieza a caminar hacia la puerta. De pronto, frena en seco “no... no... no ... no habrás cogido llaves, verdad??

"lo cierto... es que daba por hecho que las llevabas tú"

"a ver... estoy desnuda... y como puedes comprobar no llevo llaves"

"ehm... tenemos un problema “, dice él, dedicándole una sonrisa burlona.

 

A ella vuelve a entrarle la risa histérica. Él está desangrándose delante de ella. Ella estaba casi desnuda. Y además, no tenían llaves

 

 

"definitivamente, quieres matarme", le susurró él

Experimental V (sueño)

Ella todavía dudaba en si los ojos de él, grises y orientales, eran más como los de Kadaj o como los de Nishi Joichiro... Era incapaz de recordar cómo había ocurrido, pero alguien había puesto a su grupo en contacto con él. El caso era realmente urgente, pues su novia se hallaba ya en un estado muy avanzado.

Por suerte, el chico ya estaba concienciado de cuál era el problema que su novia sufría, así que no fue necesario convencerlo (lo cuál fue un alivio para el grupo, puesto que habitualmente era la fase más desagradable)

Pese a haber estado trabajando para él, aún no habían hablado. De vez en cuando, él le miraba de manera seria pero burlona, como invitándola a dar rienda suelta a sus perversiones.

 

Por fin había llegado el día previo al desenlace. Se encontraban sentados en una plaza cercana a su casa, así que cuando el grupo empezó a discutir los pormenores del último ataque, él se excusó y anunció que prefería irse. El grupo se mostró de acuerdo. Ella lo miró apenada. Aquel hombre, del que no sabía nada (salvo que su novia era una vampiro de la que su grupo tenia que deshacerse, y que sus ojos le quemaban al mirarla), estaba apunto de desaparecer de su vida para siempre.

Desde lejos, él se volvió para mirarla... y la duda volvió a asaltarla (¿Kadaj? ¿Nishi?) , Y entonces tomó la decisión más inesperada. Se levantó, improvisó una excusa, y salió corriendo tras su pequeña obsesión. En verdad no quería dejar más “tareas pendientes” en su vida.

Lo alcanzó ya en su portal, lo cogió de la camiseta y lo empujó contra la pared. Él se recuperó muy rápido de su sorpresa, como si en realidad ya se lo esperara. Acercó su cara aún más a la de ella y susurró sugerentemente “¿Hay algún problema?”

A ella le dio la impresión de que él quería jugar. “Perfecto” pensó “pues es justo lo que yo quiero”.

“Ya tienes mi teléfono, ¿verdad?” - Le respondió.

Él asintió y clavó su mirada gris e indescifrable en la de ella.

De pronto, ella comprendió quién era él en realidad. Y un estremecimiento, mezcla de miedo y morbo, la hizo sonreír pícaramente.

 

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Cuando todo se desencadenó por vez primera, bajo la horrorizada mirada de sus compañeros, el recuerdo la hizo frenar en seco... y meditar... “otra vez no... “... no era posible.

 

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-“Oh dios, me encantaría” - dijo ella

- “Lo siento... ella aún vive...” – dijo él

 

 

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Él la miraba dulcemente, desde el borde de la mesa. Había perdido parte de su mirada salvaje desde que entró en el grupo, y ahora parecía más bien un gatito mimoso.

 

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“Llame al siguiente número de teléfono si desea ser candidata a Miss Florida”

 

Llamaron. Y el mensaje les hizo reír: “Demasiadas peticiones en curso. Inténtelo de nuevo más tarde”

La risa les impidió escuchar el resto...

-“Cuánto iluso e inocente hay por ahí, ¿verdad?”

-“ Sí... y me gusta...”

 

Y se miraron a los ojos, y comprendieron que eran poderosos.

Experimental IV

...y sentir el frio aire del invierno acariciar mi piel, sentir el hielo hiriendo mis pies y observar el reguero de sangre que dejo. No debo parar. No debo mirar atras. siempre adelante. Y acurrucarme entre los espinos que rasgan mi ropa, siempre buscándote. Dormida. Despierta. Dónde estarás... .

Te veo a lo lejos. Me apresuro. Grito, pero nadie oye mi voz. Se pierde en este oscuro mundo. Sigo gritando conforme me dirijo a donde te vi. Cuanto más avanzo , más avanzas tú.

No hay nada que hacer.

Derrotada, me dejo caer en el suelo yermo, congelado. Veo mis lágrimas caer.

Siento una presencia cercana. Levanto mi espada dispuesta a acabar con todo lo que empecé, pero mis manos la dejan caer al verte. Al ver tus ojos fijos en mi. Serios. Tristes. Aliviados.

Me hundo en tus brazos. Nada puede salirme mal.

Experimental III

mirar el cielo. sentir el viento acariciandome . notar la lluvia resbalando por mi cara . tocar la hierba húmeda. sentir el aire fresco entrar en mis pulmones y recorrer todo mi cuerpo. Tu aliento cálido en mi cuello. El vacío. El suelo cada vez más cerca. Un golpe. Y todo acaba.

Experimental II

Ella se puso en pie, lentamente, luchando contra el helado viento que intentaba tirarla, una vez más, contra el suelo. Cerró los ojos, buscando, a tientas entre la oscuridad, la mano de él. Pero no la encontró. Ella, desesperada, se abalanzó sobre la nieve, arrastrándose, llamándole. Una suave voz surgía de algún lado. Ella, alividada, suspiró. A tientas, con sus pies descalzos, caminó en medio de aquella nada, hacia dónde creyó haberle oido. No se equivocó. Allí estaba él, exhausto, acurrucado sobre el suelo. Comenzaba a amanecer. Ella le tendió sus manos, suplicándole que siguiera adelante. En aquellos momentos, los aullidos de los lobos no le parecían tan lejanos. Él aceptó levantarse, una vez mas, contra el viento. Se sentía débil. Alzó sus manos, hasta rozar las de ella. Aquel pequeño roce hizo que ambos supieran que no estaban solos, una mística energía los recorrió, y fue el primer destello de esperanza en aquella oscuridad. Y comenzaron a caminar, una vez más, bajo la nevada.

Tropezó, cayendo sobre el frió suelo. El frío y el viento habían hecho que sus labios, antes suaves y carnosos, se mostraran ahora resecos y llenos de cortecitos. Su piel, que había sido alabada multitud de veces por aquellos que la rodeaban, era ahora de una palidez casi cadavérica, y sus brazos estaban llenos de arañazos. Sus rodillas sangraban, y apenas conseguía notar algo de vida en sus pies que, descalzos sobre la nieve, daban un paso tras otro. Una vez más, se levantó y siguió adelante.

Amaneció. Aquella noche, que parecía no ir a acabar nunca, había terminado, dando paso a un dia gris. Rendidos, decidieron por fin, pararse a descansar. A lo lejos, en algún remoto lugar alguien tañía una campana, y el aire, aquel aire que tanto les había hecho sufrir aquella noche, les llevaba su sonido a donde ellos estaban. Por fin pudieron ver lo que les rodeaba. Una inmensa llanura blanca, helada, donde la única vida a la vista eran ellos mismos. Ella se acurrucó contra el pecho de él, y comenzó a llorar muy suavemente. Todo había sido en vano. Él acarició su pelo y la rodeó con sus brazos, ya que su calor era lo único que podía darle. Ella se sintió mejor. Aquella tranquilidad duró apenas unos minutos. Los lobos volvían a aullar, quizás más cerca, quizás no, que la noche anterior. Ella se levantó, y comenzó a andar bajo la tenue luz que los envolvía. Al ver que él no la seguía, volvío su vista atrás. Él le devolvió una mirada suplicante, cargada de interrogantes: "¿Por qué hemos de seguir? ¿No ves que todo esto no sirve para nada?", y ella, volvió a acercarse a él y una vez más, tirando de él, le contestó: "Tú empezaste esto. Yo lo he de acabar". A pesar de su desesperación, él se dejó convencer, y , lentamente, contra el viento, se puso en pie.

Una vez más, ella volvió a caer. Esta vez fue él el que tuvo que volver atrás y buscarla. Anochecía. Su piel blanca, y su vestido rasgado se camuflaban entre la nieve. Cogió sus manos, intentando darle algo de calor una vez más. El final cada vez se encontraba más cerca. Una vez más, volvió a abrazarla, temiendo que fuera la última. Y ella lentamente, abrió los ojos, para mirarle desde el infinito. Pero a pesar de estar entre sus brazos, ella no se movió. No volvió a moverse nunca más. Cuando él se dio cuenta, enterró su cara entre el pelo de ella, llorando desesperadamente, gritando su nombre, arañándose la cara.Pero nada de eso iba a hacer que ella volviera. Y él no se movió. Pasó toda la noche llorando, abrazado al cuerpo inerte de ella.

Cuando llegó el dia, él sabía que había perdido demasiado tiempo. Guardando como un tesoro aquella última mirada que ella le había dado, y perdiéndose en sus ojos, él comenzó a andar, una vez más, hacia delante, siempre hacia delante, eternamente, hasta un fin que no quería llegar.

Los niños corrían, jugando a lanzarse bolas de nieve. Reían, cantaban, se perseguían unos a otros, empujándose. De pronto, uno de ellos paró. Comenzó a gritar, señalando algún lugar en medio de la extensa estepa. Un hombre avanzaba pesadamente, descalzo, agazapado y luchando contra el viento, ahogado en su soledad. Los niños se acercaron , temerosos. "¡Va descalzo!", se decían unos a otros, "¡Apenas si lleva ropa!". Uno de ellos le habló "Perdone , señor, ¿le ocurre algo?". El hombre bajó su mirada hacia el niño. Suspiró. "¿A dónde camina, señor?". El hombre volvió a mirarle, pero su mirada estaba perdida, como si sus pensamientos andaran lejos. "No lo se", le respondió. ("¿Qué ha dicho?¿Qué ha dicho?" , se susurraban los niños unos a otros "¡No sabe adónde va! ¡No sabe a dónde va!")."¿No lo sabe?", preguntó el niño sorprendido. "Adelante, siempre adelante, eternamente", le respondió él. Una niña acercó su mano al niño "Vámonos, me da miedo", le dijo. El hombre cruzó su mirada con él. Y de repente, el niño lo entendió todo. Algo se apagó en él. El hombre se tumbó en el suelo, muy quieto, y dejó de moverse para siempre.

"Ven conmigo", le dijo él. "¿A dónde?" ,le preguntó ella. "Adelante, siempre adelante, eternamente", fue la respuesta de él. Los dos niños, de la mano, comenzaron a andar. El viento soplaba fuertemente. Los lobos aullaban a lo lejos.

Experimental I (Carta a mi conciencia)

CARTA A MI CONCIENCIA

hola pekeña hija de puta, no te escondas, se que estás ahi. De hecho, SIEMPRE estás ahi, escondida en algun lugar de mi cerebro...te imagino como una pequeña yo, chiquitita y susurrante...Te portas muy mal contigo, ¿sabes? siempre estás ahi, junto a tus amigos Arrepentimiento e Ira.... no me dejais en paz, aunque no os llame estáis ahi, sobre todo tú...pequeñita pero ejerces un poder casi total sobre mi, no te soporto, preferiría no tenerte....Me torturas con tus opiniones, no puedo hacerte callar, haga lo que haga, bueno o malo, siempre estarás ahi para no dejarme sentir bien...eso nunca! Si lo que hecho es bueno, me dices ’estás segura de que es bueno? Es bueno para todos o solo para ti? podria haber sido mejor? El fin justifica los medios?’... y si lo que he hecho es malo, me torturas con ’eres una mala persona! deberias verte! das asco! haces sentir mal a la gente! deberias morir!’...Ahora me haces pensar sobre mis impulsos... suelo obededcer mis impulsos... cuando m preguntan ’piensas las cosas antes o despues de hacerlas???’ nunca sé que responder....las pienso antes, durante y despues. (sobre todo despues, gracias a ti, pequeña zorra)... Hace apenas media hora no tenia ningun tema para mi blog, y de pronto, obedeciendo un impulso, he revelado algo que no debia...por qué?? venganza... suelo guardar la venganza para el mejor momento, como si de una daga se tratase, para luego clavarla por la espalda, cuando el enemigo está debil , y luego esconderla tranquilamente bajo mi ropa.... Si, yo soy asi y no puedo evitarlo....generalmente intento simplemente dar ’el chispazo’ para la venganza, pero no el golpe final....ese lo dejo para otros. Por eso meditar mi venganza me lleva tiempo. Pero me estoy desviando del tema. Después de haber revelado esto, que alguien querido me dijo inocentemente...al principio no pasó nada. ME pareció bien, era lo que esperaba. Pero luego la cosa empezó a ponerse chunga, y me di cuenta de que yo no era dios y no lo sabia todo.... y no habia tenido en cuenta un factor muy importante... el factor ’sospechas’ y el factor ’secretos’.... asique perdí el control de la situacion, aquello sobrepasó mil veces aquella pequeña puñalada que quería darle .... y herí a 3 personas en vez de 1. Bueno, si somos sinceros, en realidad herí a 4... porque ahi estás tu, Conciencia, y me hiciste sentir mal a mi tambien... ’Esto se te ha escapado de las manos, mota....no t gusta perder el control....no sabes que va a pasar ahora.... y lo peor: eres una mala persona! chivata!’ Sabes que te odio,Conciencia....y ojalá no estuvieses ahi.Eres un pesado fardo con el que ojala no tuviese que cargar. Sabes perfectamente cuales son mis puntos debiles y te ensañas en ellos.Me caes mal.Ojala desaparezcas.
Atentamente, tu amiga y compañera mota.
PS: espero que después del dia 26-F no me molestes mucho....procuraré no hacerte caso
PS2: JODETE: mota 1,peibol 4 :P y esta vez no has podido hacer nada para evitarlo.. Respecto a otra cosita relacionada con esto hablaremos otro dia.